La Pobreza Energética. ¿Qué es y cómo nos afecta?
Con el cambio en los precios de la electricidad, muchas personas ya no disfrutan de tarifas eléctricas baratas y se ven obligados a contratar tarifas mucho más caras. A pesar de pagar más, muchas personas todavía siguen pasando frío en su propia casa.
La escasez de combustibles es solo uno de los muchos factores de esta crisis y no está siendo un impedimento para que las grandes eléctricas sigan aumentando sus beneficios. -Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa han duplicado estos en los últimos tiempos-. ¿Su efecto en la crisis? Ciudadanos que no pueden satisfacer su derecho a la salud y a una energía limpia y asequible.

Desafortunadamente, muchas familias en España sufren pobreza energética. Esto se acentúa aún más durante los días más fríos del invierno. Para empezar, te diremos que se considera que un hogar sufre pobreza energética cuando no es capaz de satisfacer unos mínimos en cuanto a los servicios de energía que cubren sus necesidades básicas.
Según datos del estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) de 2018 sobre la pobreza energética en España, el 15% de los hogares de nuestro país sufría temperaturas inadecuadas o retraso en el pago de las facturas de la luz, o ambas cosas. Las cifras publicadas muestran que la pobreza energética aumentó en casi un 22% en 2020. Si bien hay que tener en cuenta la situación provocada por el COVID-19, que no se analiza en el impacto del aumento en el precio de la electricidad a partir de 2021, por lo que se espera que la situación real se haya agravado este último año.
En términos generales, el perfil de los hogares españoles que se encuentran en pobreza energética es aquel en el que viven en áreas rurales o áreas de baja densidad poblacional; viven de alquiler; en edificios de 25 años o más y en áreas con condiciones climáticas extremas de calor o frío. Muchas veces se trata de un hogar monoparental, sustentado en muchas ocasiones por mujeres.