La pobreza energética en los ODS – parte 1

¿Quieres saber qué relación tiene la pobreza energética con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

¿Has oído hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Quizá en una conversación en el trabajo, en algún cartel de tu ciudad o leyendo una noticia en el diario. Sea como fuere, cada vez más, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están presentes en nuestras vidas.

Pero, ¿qué son realmente y qué relación tienen con la pobreza energética?

Nos remontamos al 2015, año en que se hizo un llamamiento universal a la acción por parte de las Naciones Unidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. 

En ese momento, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó de forma unánime la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: un plan de acción que cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas concretas a desarrollar cuantificadas a través de 232 indicadores. 

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible

Cada uno de los 17 objetivos está integrado e interrelacionado entre sí, es decir, la acción en un área afecta a los resultados en otras. Por lo tanto, la pobreza energética no se trabaja únicamente desde un solo ODS, sino de la combinación entre varios de ellos. 

Así pues, ¿qué relación tiene la pobreza energética con cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Veamos los 3 primeros:

ODS 1: Fin de la pobreza

Erradicar la pobreza en todas sus formas, incluida la energética y la falta de suministro eléctrico, la cual sigue siendo uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Según el Informe AROPE de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social de España, en nuestro país un 26,1% de la población (12,3 millones de personas) se encuentra en riego de pobreza o exclusión social. 

ODS 2: Hambre 0

A pesar de que el número de personas desnutridas haya disminuido casi a la mitad en las últimas dos décadas, el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos en la humanidad. En la actualidad, 1 de cada 9 personas en el mundo está subalimentada. Existen casos de familias en situación de vulnerabilidad en que la pobreza energética queda visible al no poder satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y, consecuentemente, tampoco las relacionadas con el suministro de energía a causa de unos bajos o nulos ingresos. Pero también hay casos en los que la pobreza energética permanece oculta porque no existen impagos ya que la familia prioriza destinar sus ingresos al pago de las facturas energéticas a costa de reducir una alimentación suficiente y nutritiva. 

Muchas familias priorizan el pago de las facturas a una alimentación suficiente

ODS 3: Salud y bienestar

La buena salud es esencial para el desarrollo sostenible. La pobreza energética tiene un efecto directo en la salud, tanto física como mental. Según el estudio “Pobreza energética, su intensidad y salud en población vulnerable en una ciudad del sur de Europa” del Instituto de Investigación Biomédica Sant Pau, la pobreza energética es el caldo de cultivo perfecto para padecer depresión o ansiedad, teniendo entre 3 y 5 veces mayor probabilidad de sufrir problemas de salud relacionados con patologías cardiovasculares y respiratorias. 

Fuentes:

https://www.undp.org/es/sustainable-development-goals
Publicada el
Categorizado como Blog
>